sábado, 9 de septiembre de 2017

Clase N° 13 /año 4 - martes 5 de septiembre 2017

LUNFARDO/ 2:

"ES MEMORIA VIVA"

"ES UN MODO DE EXPRESIÓN POPULAR"


Y SEGUIMOS 
TRABAJANDO CON LOS TEXTOS DE LOS TALLERISTAS

¿Es lejano para nosotros el lunfardo? Sin saberlo, lo usamos todos los días de una u otra manera. Es nuestra identidad como argentinos.

El hecho de que el término lunfardo significara en su origen ‘ladrón’ llevó a conclusiones erróneas a los que se acercaron originariamente a estudiar el fenómeno. Pero el lunfardo no es –ni lo fue nunca– un vocabulario delictivo –explica Oscar Conde. En Lunfardo/1 (ver inmediatamente aquí abajo nuestro anterior encuentro) ya nos habíamos referido a “lo que no es”: no es un idioma, no es dialecto y ahora añadimos lo más importante: que no se derivó de un léxico delictivo



Leemos fragmentos de una presentación de Oscar CondeEl lunfardo en la literatura argentina, USAL / UCES / Academia Porteña del Lunfardo:

En Francia es el argot, en Brasil la gíria, en Chile la coa, en los Estados Unidos el slang. Todos son repertorios léxicos creados por esos pueblos al margen de la lengua general, pero básicamente compuestos de términos que pertenecen a esa misma lengua.

En suma, el lunfardo no fue, y no lo es ahora, ni un tecnolecto ni una jerga profesional. A lo sumo podría pensarse que se aproximó, en sus orígenes, a un sociolecto utilizado por una parte de la comunidad lingüística de Buenos Aires y sus alrededores –los habitantes del suburbio que, como se ha dicho tantas veces, no es en el caso de nuestra ciudad una categoría geográfica sino más bien una categoría social–.

Así como el tango no fue una creación de marginales tampoco lo fue en mi
opinión el lunfardo. Es cierto que tuvo la mala fortuna de recibir como nombre el de un vocablo que previamente significaba ‘ladrón’.

El lunfardo no es un léxico ladronil, y no lo es porque desde su mismo origen las palabras que lo integran exceden el campo semántico del delito. ¿Qué clase de relación con el robo pueden tener los términos mufamorfiventopuchogomía berreta? A mí se me hace evidente que ninguna. Nunca hizo falta ser chorro para decir minafasoorsái atorrante; no hace falta serlo ahora para decir birrapuenteartraba bardo.

El lunfardo debe ser entendido más bien como un modo de expresión popular.
Yo lo defino como un repertorio léxico integrado por palabras y expresiones de diverso origen, utilizadas en alternancia con las del español estándar y difundido transversalmente en todas las capas sociales y centros urbanos de la Argentina. Aunque su origen pueda ubicarse en Buenos Aires, este vocabulario se ha extendido ya a todo el país.

El lunfardo fue conformando una síntesis lingüística, una memoria viva de la historia de la Argentina, que da cuenta de los distintos grupos sociales que, por retazos, han ido de a poco dando forma a nuestro país y que nos recuerda a cada instante quiénes somos y de dónde venimos. 

Decía que este es el único vocabulario popular del mundo formado originariamente y en un alto porcentaje por términos inmigrados, traídos al país por inmigrantes europeos, especialmente italianos y españoles, pero no deben olvidarse las sucesivas migraciones internas hacia la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, que tuvieron lugar en la Argentina en particular durante la primera mitad del siglo XX

Es ya clásico que se citen habitualmente como ejemplos de lunfardismos palabras de origen itálico, como laburar (‘trabajar’), biaba (‘paliza’), fiaca (‘pereza’), yuta (‘policía’). Hay cientos –continúa Conde–. Pero también hay lunfardismos (y no son pocos) tomados del caló español –como gil (‘tonto’), chorear (‘robar’) o pirar (‘volverse loco’)–, de diversos africanismos traídos a América por los esclavos –como fulo (‘enojado’), marimba (‘golpiza’) o quilombo (‘prostíbulo’, ‘desorden’)–, o bien lusismos –como chumbo (‘revólver’) o tamangos (‘zapatos’)–, brasileñismos –como bondi o joya–, o anglicismos como espiche (‘discurso’), e incluso alguna palabra derivada del polaco, como papirusa (‘mujer hermosa’).
Así es como el lunfardo recibió el aporte de voces procedentes de lenguas aborígenes, como los quichuismos pucho (‘colilla’), cache (‘de mal gusto’) o cancha (‘habilidad’), o tomadas del guaraní, como matete (‘desorden’), o del araucano, como pilcha (‘ropa’)".


Y ya nos adentramos directamente a la riquísima poética del lunfardo. Y continuaremos con un poeta excepcional. 

Para ir adentrándonos, ahora leemos espectaculares poemas lunfardescos. 


ELLA SE REÍA

Enrique Cadícamo

Ella era una hermosa nami del arroyo.
El era un troesma pa´usar la ganzúa.
Por eso es que cuando de afanar volvía
ella en la catrera contenta reía
contenta de echarse dorima tan púa.

De noche él robaba hasta la alborada.
De día dormían los dos abrazados.
Hasta que la yuta que lo requería
lo alzó de su saca...Y ella se reía
mientras a Devoto iba el desdichado.

Tras la negra reja de la celda, el orre
a su compañera llorando batía:
"¡Por vos me hice chorro! ¡Quereme paloma!..."
Pero, indiferente al dolor del choma,
alzando los hombros, ella se reía...

Pasaron los meses...Vino la sentencia...
Pa Tierra del Fuego al punga embarcaban
a las seis en punto de una tarde fría...
A las siete, ella se apiló a otro rufa;
a las ocho, andaba con él de garufa
y, al sonar las nueve, curda se reía...







ALTRI TEMPI

Ricardo Ostuni
Trajeado a lo cuarenta; tarros, gacho
del mismo tono; moño floreado
tegobi bien finito, depilado;
durito como poste de quebracho.

No se si le doy bien en el escracho
pero así lo encontré, como piantado
de una vieja postal, medio escorado
repartiendo piropos sin empacho.

Su potién se le fue en el almanaque,
pero aún en su fonola suena el disco
de la tapin de ayer, del viejo empaque.

Hoy un purrete en jean, un tanto arisco,
lo miró, lo midió, le metió un saque:
¡"Andá a sacarle punta al obelisco".



AGONÍA DE UN RUFIÁN

Carlos A. Alberti

Yo sé que me ha fichao la tenebrosa.
La veo sobre el negro carromato
mostrarme su guadaña espamentosa
pa transportarme hasta la quinta´el ñato.

Los giles que la van de engrupimiento
no manyan que yo juno que me pianto.
¿Por qué habré de aflijirme si reviento,
 si a Dios ni al Diablo no le tengo espanto?

Yo tengo un pedrigré que no se achica
y hago pata ancha ante cualquier parada...
¡Ni amortajado lo verán que hocica
a este tungo, en su última largada!

O si en el cielo o el infiero dentro,
que se aguanten San Pedro o Lucifer:
si van de piolas, al primer encuentro
me los rajo a la tierra a padecer.

No sé si el otro mundo tendrá fecas,
catrielas con vestidos de percal,
farolitos tristones en las yecas
y patios milongueros con parral.

Si hay ginebra, tintillo y escolazo,
de entrada me las puedo rebuscar,
y de un cacho de cielo yo me amaso
un cotorro debute pa´roncar.

Cuando embroquen mi cancha gavionera
y los puntos que calzo en el gotán,
que se ajusten las santas las polleras
porque el cielo será de este rufián.






MOTIVO DE VIEJO TANGO
 Alvaro Yunque

Se l´espiantó la chirusa...
Es cierto que él la cascaba.
¿Qué hombre, si ama a su papusa
no le sacude una biaba?

El amurao unos días
la aguantó broncando y triste,
para él ya no hubo alegrías
ni aún metiéndole al alpiste.

¡Jué una!...se fue diciendo.
Si yo la cacho la escracho
y lloraba al irse yendo,
lloraba el muy macho.


FERIA DEL BROLI

Orlando Mario Punzi

Este muchacho Borges -la madona-
cómo levanta minas en la Feria;
se le vienen al pié, qué cosa seria,
la docente, la "bian", la solterona.

¿Qué manya de sus libros la chauchona:
las tapas, el color, la periferia?
Este muchacho Borges ¿qué bacteria
les mete contra piel y silicona?

¿Con qué virus, qué peste, qué difteria
las escracha de nalgas en la lona?
¿O las va de coyote de Siberia?

La duda me revienta la bordona:
¿este Borges quién es, porca misera,
Fangio, Vilas, Monzón o Maradona?




La Yapa

Aquí van diversos trabajos acerca del lunfardo, y un par de diccionarios. 

1- Esta es la tesis doctoral de Vanessa Iribarren, Universidad Complutense. http://eprints.ucm.es/9814/1/T31438.pdf

2- Este es un diccionario lunfardo on line http://static.scribd.com/docs/2oc2l395t89ap.pdf



3- Y por último pero no menos importante, las 23 primeras páginas del Diccionario Etimológico del Lunfardo, de Oscar Conde http://www.lingue.unipr.it/Materiali%20didattici/Forino/diccionario_lunfardo.pdf




Tenemos premiadas en el Premio de Poesía inédita de la FAP, todas ellas, sí, a quienes felicitamos de corazón:






¡Nos deseo una muy buena semana poética! 
Y para los talleristas que quieran, ¡suban sus poemas!! :)





4 comentarios:

  1. Ejercicio
    Luz y sombra

    Despertares

    Salís de madrugada y no sabés.
    Sólo tus voces murmuran
    rencorosas.

    La vereda palpita
    tu paso con lástima
    y desdén.

    Tus curvas cavilaciones
    detienen el tiempo.

    Hasta que llega el colectivo,
    que inexorable baldea
    tu conciencia.

    Cuando volvés a la calle
    ya sos lo que debés ser.

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  2. Como siempre sucede, excelente clase. ¡Enhorabuena Sandra Pien! Creo que todo lenguaje marginal nace de la necesidad de comunicación entre un grupo social. La suma de todas palabras forma la jerga, el lunfardo, el argot, el gitano, etc. El lenguaje de mayor importancia se impone y -como los huracanes- crece hasta el punto de acercarse al dialecto. Y dentro de cada lenguaje nace el sub-lenguaje, de uso restringido a un grupo aún más reducido. Dentro del dialecto está el sub-dialecto...
    Entonces, tomando préstamo al texto de la Clase N° 13 (martes, 2017), el lunfardo no lo es un tecnolecto ni una jerga profesional. En sus orígenes, fue un sociolecto utilizado por una parte de la comunidad lingüística, pero no de Buenos Aires y si de sus alrededores –los habitantes del suburbio que no es, en el caso de la ciudad, una categoría geográfica sino más bien una categoría social–.
    Es cierto que el lunfardo tuvo la mala fortuna de recibir como nombre el de un vocablo que previamente significaba ‘ladrón’ –dice el texto–. ¿Pero no es la jerga (y el mismo lunfardo) un ‘ladrón’ del idioma?

    O sea, así como "la donna y mobile" - se puede decir lo mismo de la lengua:

    “La donna è mobile
    qual piuma al vento,
    muta d’accento
    – e di pensier".

    “La mujer es voluble
    Como pluma al viento,
    Cambio de acento
    Y de pensamiento.”

    Sólo tienes que cambiar una palabra:

    “La lengua es voluble
    Como pluma al viento,
    Cambio de acento
    Y de pensamiento.”

    (Versos RIGOLETTO, Opera en tres actos, folleto: Francesco Maria Piave, música: Giuseppe Verdi).

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  3. Gracias por tu comentario, Salomão querido, sin duda que la lengua somos los hablantes. Yo no creo que sea "mala fortuna" sino, tal vez, al contrario: esto que nos permite ser y decir, la lengua, es lo más maravilloso y todos lo poseemos, es de todos y es de nadie. Como la idea de patria para Borges, la lengua es nuestra patria. Te envío un saludo afectuoso.

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